Nosotros

Tan malditos por las letras como perdidos por ellas. Eme, Anna, Ársepa, Adela, Negro. Tienes permiso para ahondar en nuestra alma, en nuestros miedos. Conócenos.

viernes, 31 de octubre de 2014

Todo pasa

Me levanto por las mañanas pensando en todo mi recorrido, y en él no veo como muchas personas pueden ver fracasos sino logros y méritos por todo lo obtenido hasta el momento. ¿Existe el azar? ¿Está escrito el destino o somos nosotros los que escribimos el nuestro propio? ¿Las cosas tienen un por qué o suceden sin más? ¿Y las personas? ¿Cambian con el tiempo o simplemente el tiempo pasa y se van mostrando tal y como son?...

Puede parecer que todas estas preguntas no tengan una conexión lógica, pero, para mí sí la tienen. A lo largo de tu vida te van sucediendo cosas que hacen que todas esas preguntas anteriores te surjan, se te planteen, y finalmente las abandones sin encontrarles una respuesta adecuada o realmente sin encontrar la respuesta que tú esperabas.

 El azar, ¿qué es el azar? será un invento, será lo que quiera ser pero cuando algo acontece todos pensamos que es cosa de buena o mala suerte, envidiamos a personas que creemos felices porque consiguen la mayoría de sus propósitos o al menos eso quieren hacer ver de puerta para afuera, pero , realmente no son más que personas luchadoras que siguen sus sueños, sus propios sueños, que pueden al final de su lucha conseguirlos o no pero continuamente luchan por ese algo. No sabemos si nuestro destino, si nuestro camino en la vida está escrito o somos nosotros mismos los que con nuestro presente vamos escribiéndolo, pero, ahí está nuestro pasado escrito, nuestro presente viviéndolo y nuestro futuro con una incógnita que a veces depara cosas buenas y a veces depara cosas no tan buenas. Todo en esta vida sucede por algo, o al menos, eso es lo que nos dicen neustras madres o seres queridos cuando algo que queríamos no nos ha salido bien ¿será verdad eso?, puede que sí o puede que no... es posible que un día no te levantes temprano y no te dé tiempo a coger el tren porque ese día no tenías que cogerlo o puede que simplemente te hayas quedado dormido porque la noche anterior no dormiste bien, puede que un día te enfades con tu pareja y no salgas o no vayas al sitio que tenías planeado por algo, o simplemente os hayáis enfadado por cualqier tontería y por una rabieta de niña pequeña decidas no salir. Las cosas pasan, pero, el hecho de que pasen no implica que tengan un por qué.

A lo largo de tu vida conoces a muchas personas, algunas llegan a tu vida y empiezan a formar parte de ellas porque en cierto modo tú has dejado que entren y otras simplemente ya formaban parte de ella incluso antes de conocerlas. Con el primer tipo de personas puedes llevarte muchas decepciones al igual que por suerte puedes llevarte muchas alegrías. Es posible que en un momento tú necesites a alguien, te encuentres solo y no tengas con quién hablar, o a quién contarle lo que te está ocurriendo y te dé vergüenza hablar con tu madre acerca de ese tema y la persona que tú creías que era tu amigo o que iba a estar a tu lado para apoyarte y ayudarte en lo que necesitaras, te das cuenta que en realidad no está y te encuentras solo, sin tener a nadie con quien compartir ese momento, tan tuyo y que quieres que sea también de otro. Puede que un día sin darte cuenta, esa persona con la que contabas para todos tus días de repente ya no esté, se haya ido y no sepas el por qué, le preguntes y no encuentres respuesta pero esa es la verdad, y la verdad es que todo pasa. Igual ese amigo de la infancia que creías que no iba a dejarte solo, llega un momento en el que sí lo hace, y tú le necesitas a él pero él ya no a ti y de nuevo, te encuentras perdido sin saber a quién acudir, con quién desahogarte.


Después encuentras al segundo tipo de personas, a las que sin darte cuenta, por una cosa u otra entraron en tu vida y formaron parte de ella antes de que realmente las conocieras, esas personas que por más años que pasen, por más cosas vividas, y todo aunque sea en tan poco tiempo siempre están ahí y aunque no den la cara y no estén tan presentes en nuestros días como puede estarlo un falso amigo, sabes que en cualquier momento de los anteriores vas a coger el teléfono y ellos van a responderte, y darán todo por que tú estés bien, por que te encuentres bien.... Esas personas queridos míos son las que realmente valen, las que dan todo sin recibir nada a cambio, las que están ahí incluso cuando no se les ve.

Y es que yo cada mañana cuando me levanto pienso en todo mi recorrido y en él veo el mérito y la enseñanza que puede darte toda tu experiencia, porque... ¿qué es la vida sino vida?



Ante todo una sonrisa :):) Adela.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Supongamos

Supongamos que no te echo de menos, que no pienso en que ahora mismo cruces esa puerta que nos separa y me quites de escribir esto, pero eso no pasará. No pasará porque ni siquiera aún después de tanto tiempo sé qué pasa entre nosotros, y sinceramente no sé si quiero saberlo.
Supongamos que no me gustas nada, que no se me pone esa sonrisa tonta en la cara cada vez que te veo pasar o cada vez que te veo por las noches a través de mi ventana, que no siento escalofríos cada vez que me rozas o cuando dices mi nombre en cualquier parte. Supongamos que no, que no siento nada, o mejor aún, supongamos que no tengo miedo. ¿Cómo sería? ¿Cómo sería la historia de aquella niña que por fin dejó su miedo a un lado? Sería bonito, como decías tú, como solías decirme tú.
Todo hubiera sido más lento, o más rápido quizá, pero todo hubiera sucedido, hubiera sido plenamente yo y eso me gustaría aún más, hubiera empezado una bonita historia desde el principio, sin baches que no dejan avanzar, sin lágrimas tontas o inseguridades que me susurraban cada mañana que no, que aún no era el momento, nuestro momento.
Por suponer, supongamos que ahora mismo no sigo teniendo las mismas ganas de al principio de correr hasta tu cama y que me digas esas cosas que tu solías decirme y que me hicieron perder mis inseguridades, supongamos que no.
Quiero suponer que no te estoy empezando a querer, que no me estoy enganchando a ti, que no puedo ser libre por el hecho de quererte, pero sinceramente no se me ocurre una forma más placentera de no serlo.


Es una verdadera lástima que todo esto sea una suposición, y que cada una de las letras escritas salgan de mis ojos en forma de lágrimas. 



                                                       Anna

martes, 28 de octubre de 2014

Te invito

Me gusta perderme en Páginas en Blanco donde solo hay nada y algo por llegar. Donde la brisa es tenue y amena, donde los pies se hunden en penas y alegrías. Ahí. Fantástico lugar para recorrer sueños y encontrar emociones que navegaban a la deriva, para susurrarle al destino tu futuro y rogarle una vida mejor. Lugar para ir y venir o ir y no volver.

Páginas de las que no hay que huir, ni temer. Solo es el espacio sempiterno en el que evacuar cada sentimiento implacable o incapaz de remitir, en el que plasmar cada conclusión incoherente, o racional para mí, en el que reside la ilusión de cada suspiro incapaz de soportar.

Páginas en las que uno firmaría para vivir toda la eternidad, incluso en las que uno suplicaría hacerse inmortal. Maravillosas idealizaciones en la mente que envuelven como el abrazo más fraterno o la ola más rompedora. Una isla desierta en la que caminar sin rumbo, caminar y caminar, como castigo convertido en placer.¡Qué perfección hacerse eterno en la felicidad! Tanta vida en algo que era nada y se convirtió en todo... En ilusiones, sueños, emociones, sentimientos, conclusiones. En lo que uno siempre quiso como realidad y terminó convirtiéndolo en fantasía. 

Esos viajes a Páginas en Blanco son los que más me gustan. Son esos que últimamente no dejo de realizar. Son esos en los que no hay que pagar el combustible, ni revisar las ruedas. Son esos que me sacan de esta asquerosa vida para transportarme a la más sublime y jodidamente espectacular.

Te invito a descubrir lo que llaman "felicidad absoluta". Te invito a la evasión. 

Páginas en Blanco es el destino y Tinta la compañía con la que viajar.


Ársepa

lunes, 27 de octubre de 2014

Ausencia de Dios

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Mario Benedetti.


Negro.

domingo, 26 de octubre de 2014

Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas

Disculpa si estoy cómoda donde pocos quieren estar. La existencia es un orfanato que nos adopta, para luego abandonarnos como la más cruel pasota.

Hagamos un trato, si tú intentas salvarme yo me dejo. Hoy tocarte se convierte en quimera. La sobredosis de melancolía me lleva a un grado mental donde diría mátame si no me quieres besar. Aunque, de hecho, ya lo haces. Lo siento si en mi pecho no laten fiestas de disfraces.

Cuánto me duele que no valores lo suficiente lo que te di, lo que te daría y tu alma lo presiente. Sé que las lágrimas no me acercarán a ti, pero mis ojos están cansados de verte partir. Esta ansiedad destroza mucho más que uñas. Sabes que a mi lado te sentías lleno, no huyas. Solo trato de sentir cada latido como un infarto, y que, cuando te vayas, mi raya no será de asfalto.
A veces me hundí queriendo volar alto. Y de narrar tanto me olvidé de escribir mi camino si saber que comenzaba con este corazón partido.

Solo me empeño en volver a tener un sueño, ya que a medida que crecía estos se hacían pequeños. Ordenando mi mente en esta habitación desordenada. Donde me comen las paredes y luego me vomitan. Y aunque apuesten que se arruinará mi alma esta se siente rica lejos de su pobreza millonaria.

Busco encontrar el bosque tras pelear con los arbustos. Aunque confieso que al fracaso se le coge gusto.

(Pablo Hasél)
                                                                                      Miss Caos.

sábado, 25 de octubre de 2014

Maldito


Maldito tú. Tu pelo. Tu boca. Tu risa. Tú.

Malditas las horas que pasé sentada esperando a que una parte de ti se atreviera a mirarme, aun sabiendo que no lo haría, aun sabiendo que había dejado toda mi esperanza en el intento.  Malditas mis ganas de salvarme y malditas las tuyas de hundirme, de hacerme sentir como si Marte hubiera perdido su único marciano, como si yo misma fuera un planeta vacío… sin frío ni calor sin ti. Maldito el viento de tu pestañeo que se chocaba conmigo, advirtiéndome que nunca más iba a poder traspasar tu barrera.

Maldita yo. Maldita la niña débil en que me convertí. Por ti. Maldita cobarde creyendo que el amor iba a poder con todo. Contigo. Conmigo.  Maldita valentía que nunca existió…




Pero aquí quién no es cobarde por amor.




                                                                                                     Eme.

viernes, 24 de octubre de 2014

Cuando


Cuando te tengo a mi lado, y no nos miramos, cuando te tengo cara con cara, y no nos damos ni un beso, cuando pasas por delante de mí, y ninguna sonrisa, cuando tus labios me hablan, y no puedo evitar tener ganas de besarlos, cuando pienso en todo el tiempo atrás, y  no sé cómo se ha podido ir todo, cuando por cualquier cosa que hago te recuerdo, y no puedo compartirlo contigo, cuando me das un abrazo sin decirme nada, y no puedo evitar ponerme nerviosa y feliz a la misma vez, cuando me hablas por teléfono y estás contento, cuando veo que sonríes, y no puedo evitar hacerlo yo también, cuando te enfufurruñas pero siempre tienes una sonrisa para mí y no puedo evitar sentir que algo soy para ti, cuando te veo pensativo, y no puedo evitar preguntarte, cuando me dices que no te pasa nada, y en realidad te pasa todo, cuando te miro de reojo porque te echo de menos, y no puedo conseguir dejar de mirarte, cuando estoy nerviosa porque te voy a ver, y no poder evitar esa sensación que sin quererlo tanto me gusta, cuando en un momento determinado algo me recuerda a tu olor, y sentirte seguidamente a mi lado, cuando pones tu sonrisa nerviosa, y no puedo evitar que tanto me guste...

Cuando todas esas cosas pasan, me pasan, sé que en algún momento, en algún lugar indefinido, inexplicable, tú pasaste a formar parte de mí, parte de algo que ni tú ni yo elegimos, pero, que pasó. Dos extraños que en ese momento, en ese lugar dejaron de serlo, empezaron a conocerse, y conociéndose descubrieron a la persona que les complementa o eso al menos, es lo que creen por el momento. Nada les importa cuando están juntos, nada que pueda estropear ese sentimiento común, nada que pueda llevarles la contraria porque, pueden con todo juntos. Dos extraños que aunque creen no serlo ya el uno para el otro, siempre lo serán.

Todas las personas tienen secretos, esos secretos ocultos en lo más dentro de nosotros... Es posible que esta historia tenga sentido para mucha gente, pero ahora piensa, ¿es todo como aparenta ser?... yo solo sé que cuando todo lo anterior pasa... es porque algo importante está pasando...

Ante todo una sonrisa :):)    Adela.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Dicen

Dicen. Dicen que si deseas algo con mucha intensidad, si cierras los ojos y piensas en que eso se cumpla, probablemente pasará. Pero yo no me lo creo, no me lo creo por todas esas veces que te he deseado, que he estado tumbada en mi cama intentando leer pero a la vez pendiente de esa ventana, esa ventana a través de la cual te veo, y a través de la cual he deseado tantas cosas.
A ti, a ti te he deseado. Te he deseado tanto que incluso ya he perdido la noción del tiempo que llevo haciéndolo. Sé que eres tú, eres tú porque tiemblo, porque te miro dormir y eso se ha convertido en mi pasatiempo preferido. Te aseguro que intenté no desearte, que intenté no depender de tus lunares, ni de tu forma de alegrarme los días, lo intenté casi sin desearlo.
Dicen también que debo intentarlo, intentar decirte lo que siento. Lo que siento, ni siquiera yo misma sé lo que siento ahora mismo, solo sé que te deseo, una vez más de esas tantas veces que lo he hecho. Dicen también que estamos en pleno invierno, en cualquier día del mes de enero, y yo a lo único que puedo atreverme es a intentar dar un paso más en este frío mes. Ayúdame enero, como siempre lo has hecho.
Muchas cosas dicen. Lo que yo digo es algo diferente, yo digo que si deseas algo con mucha intensidad puede que suceda, o puede que no. Todo va a depender de cómo desempeñes las ganas de que ese deseo se cumpla, y también hace falta un poco de tiempo para saber cómo hacerlo. Por eso, aunque yo no me lo crea, voy a cerrar los ojos muy muy fuerte y voy a pensar en eso que tanto deseo, en eso que tanto deseo en mi cama. No sé si se cumplirá pero tal vez eso me dé la seguridad suficiente para dar yo el propio paso para decirte todo lo que te deseo.



Ahora cierra tú los ojos, y desea algo, algo que quieras de verdad, piensa en ello con mucha intensidad , como si la vida se te fuera en ello, y estoy segura, que eso, y solo eso, te va a dar la fuerza que necesitas para que ese sueño, tu sueño y solo tuyo, ese sueño tan ansiado se haga realidad.


                                              Anna 

martes, 21 de octubre de 2014

Allí estaba yo

- Allí estaba yo, recogiendo mi corazón. Lo que quedaba de él. Claro, el resto te lo llevaste tú con tus mentiras. Con tus mentiras y tu portazo, jodiendo el presente y mis ganas de resurgir. Cogiste tu agonía y tu cerrazón, guardaste todo en la maleta y... Adiós. Sin más, huyendo de los miedos, sin saber que la vida se comparte y que es un juego sin maldad y silencios. Sabiendo el dolor que en mí dejabas, ese que ardía en mi ser, ardía, evaporaba y se convertía en lágrimas del querer, del querer y no poder ahogarte en ellas. Estúpido cabrón, creador de falsas expectativas e incómodas miradas, triunfaste en esto de amar y destrozar momentos, ignorando lo fugaz del tiempo y lo eterno del recuerdo. Desapareciste de entre mis piernas, de mi cama, de mis ansias. Ahora eres espectro, ánima en mi hogar y en mi cuerpo, eres música y costumbres, eres lo que nunca habías sido: tortura. -

Respira, pequeña descorazonada. El tiempo vuela, tú caminas, el tiempo es oro, tú eres carne. Tranquila, los milagros existen, son agua en el desierto, son suspiros de felicidad, son carcajadas en direcciones prohibidas. Créeme, siempre llegan cargados de armonía, solo espera a que te sirva el consuelo. Lo malo debía desaparecer, lo que no sirve te hace pesado, lo que estropea te hace inútil. Recuerda que las lágrimas te recompensarán algún día y, entonces, entenderás que sufrir por sufrir no te hace fuerte sino más débil, que lo que te hizo llorar te hará reír.



Las cosas del querer...



Ársepa