Nosotros

Tan malditos por las letras como perdidos por ellas. Eme, Anna, Ársepa, Adela, Negro. Tienes permiso para ahondar en nuestra alma, en nuestros miedos. Conócenos.

martes, 21 de octubre de 2014

Allí estaba yo

- Allí estaba yo, recogiendo mi corazón. Lo que quedaba de él. Claro, el resto te lo llevaste tú con tus mentiras. Con tus mentiras y tu portazo, jodiendo el presente y mis ganas de resurgir. Cogiste tu agonía y tu cerrazón, guardaste todo en la maleta y... Adiós. Sin más, huyendo de los miedos, sin saber que la vida se comparte y que es un juego sin maldad y silencios. Sabiendo el dolor que en mí dejabas, ese que ardía en mi ser, ardía, evaporaba y se convertía en lágrimas del querer, del querer y no poder ahogarte en ellas. Estúpido cabrón, creador de falsas expectativas e incómodas miradas, triunfaste en esto de amar y destrozar momentos, ignorando lo fugaz del tiempo y lo eterno del recuerdo. Desapareciste de entre mis piernas, de mi cama, de mis ansias. Ahora eres espectro, ánima en mi hogar y en mi cuerpo, eres música y costumbres, eres lo que nunca habías sido: tortura. -

Respira, pequeña descorazonada. El tiempo vuela, tú caminas, el tiempo es oro, tú eres carne. Tranquila, los milagros existen, son agua en el desierto, son suspiros de felicidad, son carcajadas en direcciones prohibidas. Créeme, siempre llegan cargados de armonía, solo espera a que te sirva el consuelo. Lo malo debía desaparecer, lo que no sirve te hace pesado, lo que estropea te hace inútil. Recuerda que las lágrimas te recompensarán algún día y, entonces, entenderás que sufrir por sufrir no te hace fuerte sino más débil, que lo que te hizo llorar te hará reír.



Las cosas del querer...



Ársepa

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