Me abandonaste. Me dejaste sola, desnuda. Sin opción de
recuperarte. Tú no tuviste piedad con mi alma, ni compromiso con esta niña. Por
ti, no apuesto, no juego, no creo en el azar. No creo en el amor. No creo en
mí. No creo en nada.
Te fuiste sin avisar, confiando en la fortaleza y en el armazón que contigo demostraba y que en mi interior eran aire, eran nada. Te fuiste
sin ánimo de ofender, pidiéndole al mundo que me tratara bien. Y no. Ni fuerzas
para caminar.
Yo sé que te fuiste
creyendo en mí, te fuiste recordándome ruda y valentona, pero te lloro cada noche y te recuerdo cada día. El miedo me
sobrepasa, esta fuerza negativa me oprime y me debilita por segundos. Aún
intento recordar el día, aún intento recordar si te traicioné cruzándome con un
gato negro o si me divertí pasando por debajo de una escalera. No me tengas rencor, no me tengas rabia...
Yo te tengo necesidad.
¿Dónde quedaron tus ráfagas de buen augurio?
¿Dónde quedaron tus
besos de confianza?
Te necesito, Suerte, vuelve a mí.
Ársepa
La sensibilidad de tus palabras te caracteriza haciéndote especial..
ResponderEliminarUn aplauso por cada lágrima que ha brotado al leer tus palabras.
ResponderEliminarSencillamente hermoso
ResponderEliminar