Si las cosas fueran más fáciles no tendrían la emoción que
tienen ahora. No tendría interés por perderme en cada arruga que se forma en tu
nariz cuando sonríes, ni en vacilar por tus mejillas hasta verlas rojas. Si lo
nuestro fuera amor y no una guerra, nuestra cama sería un nido y no un barco
perdido, sin rumbo, errante del más increíble error vivido.
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