Vivimos en un país en el que los celos y la envidia son algo tan natural como el comer. ¿Quién no ha sentido celos alguna vez de los éxitos de otros o del que tiene lo que tú quieres tener?
Los celos están a la orden del del día, desde que nos levantamos, sentimos envidia de aquel que por ejemplo está durmiendo mientras uno se despierta. Vamos por la calle y vemos a parejas felices y sientes celos de esa persona que tiene lo que tú no; a mí me ha pasado, y mucho, la verdad.
Los celos y la envidia son esas dos fuerzas negativas, que nos impiden conseguir lo que queremos, si ves que alguien tiene lo que tú deseas, te frenas y empiezas a odiarlo, en vez de levantarte, ser fuerte y luchar por conseguirlo. Si todos pusieramos de nuestra parte, podríamos ser mejores personas, ya que tendríamos más metas que superar y sentiríamos ilusiones, cosa que que hoy en día hace bastante falta, ya que vivimos en la era de la tecnología, y todo es virtual.
Piénsalo, ¿no crees que si en vez de quedarte parado, odiando al que tiene lo que tú deseas, te agarras los cojones, luchas y lo consigues? ¿No crees que sería mejor? Nada es imposible si nos lo proponemos, pero la cuestión es esa, proponérselo. Todo se ve mejor desde un mirador de desdén, odio, envidia y celos. Proponerse ilusiones, amores, aspiraciones y dejemos de envidiar al que ya lo tiene, porque de esa manera NUNCA lo conseguiremos, y viviremos en ese mirador, esa espiral sin fin, en la que lo único que pasa es el tiempo, nuestra vida, odiando....
Negro.
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