Son las dos de la mañana de cualquier día de enero, y no te
veo, no te veo porque quizás ya no estés, o nunca estuviste, aunque te sentí.
Te sentí como si la vida se me fuera en ello, pero te fuiste, y solo me queda
suponer que volverás, que cada risa que compartimos se repetirá, que cada noche
contigo, se volverá a cumplir… y que ese beso, ese puto beso que ha hecho que
estemos así, o que no estemos, porque ese beso, es lo que hace que ya no seamos
nada.
Ojalá no hubiera ocurrido, me equivoqué, una vez más, le
suelo decir a los que me rodean, pero no es así, yo sé que mi corazón dice otra
cosa que quizá no sea la más lógica pero es la que suena a verdadera magia. Lo
que dice, es que fue el beso más intenso y especial, pero se jodió, se supone que una amiga te apoya y no te da
puñaladas por la espalda, pero quizá aún la vida no me haya dado los
suficientes palos para entender eso, o quizá lo entiendo pero cubro ese
sentimiento, de rencor, o de pura decepción, bajo la risa, porque dicen que las
personas que más ríen son las que más han sufrido, y en eso creo que no se
equivocan.
Ahora me gustaría que estuvieras aquí, me gustaría no sentir
esta puta impotencia y me gustaría que ella volviera, pero sin él. No sé si la
vida ya me ha dado los suficientes palos como para tomar decisiones
importantes, pero creo que es el momento ¿No?. De todas formas, yo también hubiera cometido
el error que cometió ella, pues desde ese día que te acercaste sentí que
contigo sí, que serías más que eso que en principio aparentabas ser.
No te vayas, quédate, que aunque no te lo diga, por dentro
lo estoy gritando.
Anna
Verdadera amiga eres tú al deleitarnos con estas preciosas palabras después de ver esta situación, acordándote de ella
ResponderEliminar