Nosotros

Tan malditos por las letras como perdidos por ellas. Eme, Anna, Ársepa, Adela, Negro. Tienes permiso para ahondar en nuestra alma, en nuestros miedos. Conócenos.

martes, 18 de noviembre de 2014

Esclava moribunda

Cansada de la simpleza de cada día, de la rutina semejante al movimiento de las olas, del suelo que mis pies acarician mañana, tarde y noche, de la negatividad que mi cuerpo acumula. Mi vida es un lunes constante, un café amargo y una falsa, pero mala, noticia; como un túnel que se dirige al vacío y una luciérnaga apagada. Sin brillo, sin camino. Me conforman la tristeza, el autoengaño y las más crueles y malas vibraciones. Me confortan la esperanza, la piedad y la más sutil y maravillosa afinidad con la vida. Una sutil y maravillosa afinidad con la vida, pero una vida sin tiempo. Una vida simple, una vida de placer y apetecimiento, sin obligaciones y enfrentamientos. Yo sé que necesito huir del espacio-tiempo y dormir para siempre, pero huir es de cobardes y dormir para siempre es de cuento de hadas.

Se aproxima el miércoles. Espero otro miércoles cualquiera. Otra vez hastío, frío y rocío. Otra vez una mañana de mierda, una tarde de pena y una noche de lágrimas. Otra vez vacío, un cigarro mustio, una calada sin ganas y unas manos congeladas. 

Una vez más. 

Una vida sin sentido, un espiral sempiterno, un llanto diario y un sufrimiento demasiado alegre para todos, pero muerte para mí. Yo sé que soy un otoño constante en una cabeza veraniega, en un alma primaveral y en unos ojos invernales. Soy todo y soy nada. Soy lucha y coraje. Soy ruegos y esperanzas. Soy el odio al tiempo, a la rutina y a las mañanas. Soy el amor a la simpleza de la grandeza y a las pasiones impuras. 

Soy lo que no debería ser.  


Ársepa

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