Dicen que la tierra tarda 365 días en dar una vuelta al sol.
Yo digo que 365 son los días que llevo temblando, porque
eres tú, porque descubrí que eras tú.
365 días, ni más ni menos, aunque siendo franca un poco más
que menos. 365 imágenes en mi cabeza, 365 lunares, 365 besos, 365 “te quiero”,
aunque de esto último un poco más (para volver a ser más franca).
365 las veces en las que me he perdido por tu cuerpo y he
susurrado muy bajo que no quería encontrar salida, que quería volver a
perderme, pero contigo. 365 son las veces que quiero perderme al día, no sin
ti.
Un año solar es el tiempo que llevo perdida en tu piel, el
tiempo que llevo viendo cada mañana el Sol, aunque lloviese. El tiempo que
llevo en tu espalda, sonriendo.
Y sin embargo,
estoy segura de que dentro de 365 días seguiré temblando.
(Ya no le tengo ninguna envidia al Sol)
Anna
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